Tras perder su primer encuentro los dos años anteriores, el
español supera a de Miñaur en el debut
Tres años le ha costado a Carlos Alcaraz estrenar las Nitto ATP Finals con una victoria.
Tres años de aprendizaje, de asimilación de un formato distinto, de entender que en Turín no hay margen para la duda. Este domingo, tras imponerse a Álex de Miñaur en su debut, el murciano arrancó por fin con el pie derecho el torneo que reúne a los ocho mejores del curso. “Empezar el torneo con victoria siempre se agradece, siempre es bueno. La confianza que te puede dar de cara a los siguientes partidos es muy importante”, explicó el campeón de seis títulos de Grand Slam.
Alcaraz reconoció que había nervios al inicio —la presión de
un estreno en las Nitto ATP Finals nunca es menor—, pero valoró el paso
adelante que supone empezar con triunfo en un evento donde cada detalle cuenta.
“Al final, si ganas un partido aquí es porque has jugado realmente bien, porque
el nivel es muy alto”, dijo el joven de 22 años. "Y eso, de cara a
mostrarle a los demás rivales o incluso a ti mismo, es muy positivo. Llevo
jugando tres años y es la primera vez que gano el primer partido, así que contento
por ello. Intentaré seguir mejorando las pequeñas cosas que no he hecho bien
hoy, y la verdad que motivado para los siguientes partidos.”
En 2023, año de su debut en el torneo, Alcaraz cedió el
primer duelo frente a Alexander Zverev. Mismo desenlace tuvo ese estreno el año
pasado, cuando cayó frente a Casper Ruud. En 2025, el español dejó atrás un
estreno con curvas contra de Miñaur, levantando los brazos y comenzando, al
fin, con buen camino su andadura en el evento.
La lectura técnica de la pista y las pelotas también apareció en su análisis. En Turín, donde la velocidad de la superficie cubierta bajo techo marca la diferencia, Alcaraz comparó las condiciones con las de París, su último torneo previo. “Creo que también depende un poco de la velocidad de la pista. Aquí todo va mucho más rápido, no da tanto tiempo a darle ‘spin’ ni ‘liftado’ a la bola, lo cual hace que no se abra tanto. En París teníamos mucho más tiempo para jugar con más margen y más liftado. El saque no hacía tanto daño, había muchos más intercambios y puntos mucho más largos, y eso hacía que la pelota se volviese más grande. Las bolas son parecidas, pero aquí podemos hacer un poquito más de daño por la velocidad de la pista.”
Con esa mezcla de análisis minucioso y ambición constante,
el No. 2 del mundo dejó clara su mentalidad: en Turín no se conforma con
cualquier caso, ni tampoco piensa elegir entre objetivos. Se le preguntó si
preferiría triunfar aquí o en la Copa Davis, donde España competirá la próxima
semana en Málaga. La respuesta fue fiel a su carácter: “¿Por qué no los dos?
Creo que esa es la pregunta. ¿Por qué elegir uno pudiendo pelear los dos?”,
aseguró el murciano. “Aunque tenga muchos años, también tendré muchos años para
jugar la Copa Davis, ya que se juega cada año. Ojalá pueda representar a España
muchísimos años, pero vamos a intentar pelear los dos este año y todos los que
podamos”.
Alcaraz arranca así las Nitto ATP Finals con otro aire: más
asentado, más adaptado a la superficie y, sobre todo, con la sensación de que
el torneo que siempre le exigió ahora le empieza a devolver algo de lo que ha
ido aprendiendo.
