Málaga, 7 de diciembre de 2025
Por Jorge Mir Mayor
Cuando jugaba al tenis profesionalmente, entre torneos,
viajes y entrenamientos, siempre quedaban esos ratos muertos en los hoteles
donde no hacías absolutamente nada.
Un día, mi padre —pintor autodidacta— me vio así, sin rumbo después de entrenar. Me puso un bloc, un lápiz y unas acuarelas en la mano y me dijo: “pinta o dibuja lo que quieras”. Sin explicarme nada. Solo una hoja en blanco delante.
Hoy, muchos años después, he encontrado una carpeta con
aquellos primeros dibujos. Algunos sin acabar, otros que me sacan una sonrisa…
pero todos fueron el inicio de algo que no sabía que acabaría siendo tan
importante en mi vida.
Seguí pintando. Alterné el tenis con la pintura, envié obras
a concursos, gané varios premios y llegué a exponer y vender en Valencia.
Cuando me jubile, volveré a coger los lápices y pinceles
para crear todo eso que mi mente sigue imaginando.
Y ojalá muchos jugadores hicieran lo mismo: llevarse un bloc
a los hoteles, desconectar un poco de la presión y dejar que una hoja en blanco
les inspire.
Incluso Carlos Alcaraz, que tiene una chispa de magia y
creación especial dentro de la pista… me encantaría verlo enfrentarse a un
lienzo en blanco.
Con la pasión y energía que tiene, seguro que sería capaz de
sorprendernos también fuera del tenis.
Saludos. Jorge Mir

