Damir
Dzumhur, bosnio de 25 años y nº 31 mundial, pagó los platos rotos en el Masters
1000 ATP de Roma. Volvía Rafa Nadal a la acción tras la derrota, el viernes, en
Madrid ante Dominic Thiem, y se empleó a fondo para borrar cualquier vestigio
de mala sensación acumulada en la Caja Mágica.
6-1 y 6-0 en
una hora. Rafa Nadal abre la que espera sea una nueva racha en tierra batida,
tras la cerrada con 21 partidos consecutivos, 50 sets de una tacada. Trituró
sin piedad a Dzumhur, repartiendo ‘palos’ de un lado y otro, de derecha y de
revés. Amenazaba lluvia, y no estuvo para bromas el manacorí.
A sus 31
años, ahora número dos mundial, espera la resolución del duelo entre el
holandés Robin Haase y el canadiense Denis Shapovalov para conocer rival en
octavos. Sí sabe que no habrá reencuentro en cuartos con Thiem, verdugo en
Madrid pero también en Roma 2017. Perdió el austríaco ante el italiano Fabio
Fognini por 6-4, 1-6 y 6-3.
Nadal, a lo
suyo. Se acerca Roland Garros, pero también tiene una deuda pendiente en el
Foro Itálico desde que en 2013 reinase por séptima y, por ahora, última vez. Y
si cae una octava, irá a París recuperando el nº 1 en el ranking ATP a costa
del inactivo Roger Federer.
Apabulló a
Dzumhur, un tenista que se mueve mejor en la pista dura y que tenía una
victoria sobre Rafa, pero porque éste sufrió una indisposición retirándose en
Miami 2016 cuando ya cedía 2-6, 6-4 y 3-0. Más pistas sobre lo que podía
suceder en la capital italiana las ofrecía el antecedente de este curso en
Australia. Ni en una superficie más propicia al balcánico, éste pudo escaparse
de un 6-1, 6-3 y 6-1.
Lo intentó
con dejadas o subidas a la red Dzumhur, pero Nadal quería estar satisfecho
consigo mismo, reemprender el camino positivo de las 11 coronas en Montecarlo y
el Godó, y no regaló nada. Sólo cerrar su duelo, la lluvia provocó una nueva
interrupción en el torneo.