Los mejores ganan millones pero un tenista que no puede
ingresar al top 100 pierde dinero para jugar. Los torneos se quedan con la
mayor parte de lo que generan.
"Hay mucho dinero en este deporte y los Grand Slams se
llevan casi todo. Es hora de un cambio", aseguró Vasek Pospisil, ex 25°
del mundo e integrante del Consejo de Jugadores de la ATP. //AFP
"Hay mucho dinero en este deporte y los Grand Slams se
llevan casi todo. Es hora de un cambio", aseguró Vasek Pospisil, ex 25°
del mundo e integrante del Consejo de Jugadores de la ATP. //AFP
Que el tenis sea uno de los deportes más injustos en el reparto de las ganancias entre sus principales protagonistas (los tenistas, claro), es una verdad que sale a la luz cada vez más seguido. Mientras a un top 20 le sobran los millones que embolsa por rendimiento deportivo, sponsors, garantías y exhibiciones, a uno que está fuera de los 100 mejores le cuesta vivir del tenis ya que casi siempre sus gastos superan a sus ingresos.
Pero el tema no pasa solamente por las ganancias de los tenistas. El problema es más de fondo. La MLB, por ejemplo, reparte el 54,4 por ciento de lo que genera entre sus beisbolistas; ese número es del 47 por ciento en la NFL, del 50 en la NBA y la NHL y del 33 en la PGA. ¿Qué repartió entre los jugadores la última edición de Flushing Meadows? El 14 por ciento de lo que le ingresó...
Vasek Pospisil es un canadiense de 28 años que supo estar en la elite (fue 25° del mundo y fue campeón del dobles de Wimbledon en 2014) pero que hoy sufre una larga inactividad por una hernia de disco. Desde su puesto en el Consejo de Jugadores de la ATP, un tuit suyo volvió a destapar las miserias de un circuito que es rico para unos pocos pero pobre para la enorme mayoría. “Es hora de un cambio”, pidió Pospisil dando aquella serie contundente de datos.
Son muchísimos los jugadores (por no decir todos) que no pueden meterse entre los mejores 150 del ranking y que viajan solos -muchas veces dos y hasta tres comparten entrenador-, comen mal, viven en hoteles bien económicos y se pasan la vida pidiéndoles dinero a familiares y amigos. En una semana muchos sólo generan 150 dólares a lo que hay que restarle hospedaje, transporte y gastos varios. Las cuentas no dan.
¿Cuánto sale tener un entrenador y un fisioterapeuta permanentes? El propio Pospisil explicó que el año pasado había invertido entre 300 mil y 400 mil dólares por 30 semanas del circuito. Ganó 540 mil dólares en 2018, pero a esa suma hay que deducirle los impuestos. “La media de ganancias de jugadores entre el 101° y el 150° puestos del ranking es de 276.410 dólares”, contó. Para esos jugadores tener un coach y un fisio (a los que hay que pagarles los gastos, incluido el sueldo) es imposible.
“Obtener solo el 14 por ciento de los beneficios no es justo (...) Hay mucho dinero en este deporte y los Grand Slams se llevan casi todo. Los jugadores son el producto. Sin jugadores, no habría torneos”, aseguró Pospisil.
Hace un tiempo Roger Federer dijo que era incomprensible que se pagaran casi 3 millones de dólares al campeón de un Grand Slam. “Los ganadores de estos torneos no necesitamos tanto dinero”, justificó el suizo. Nadie lo escuchó. O no quiso escucharlo.