El español recuerda su convivencia con grandes jugadores de
todos los tiempos
Hubo un tiempo en el que era prácticamente imposible
adentrarse entre los cuatro mejores de un gran torneo si no te llamabas Rafael
Nadal, Roger Federer, Novak Djokovic o Andy Murray. Estas cuatro raquetas
acaparaban las rondas finales en los escenarios más grandes del circuito.
Muchos lo intentaron, pero siempre tropezaban con la misma
piedra: uno de los miembros de ese grupo que fue denominado como Big 4. No
obstante, entre 2005 y 2020, sólo hubo cinco jugadores que pudieron ganar un
Grand Slam sin ser alguno de esos cuatro hombres.
Los privilegiados fueron Marat Safin (Abierto de Australia
2005), Juan Martín del Potro (US Open 2009), Stan Wawrinka (Abierto de
Australia 2014, Roland Garros 2015, US Open 2016), Marin Cilic (US Open 2014) y
Dominic Thiem (US Open 2020). Los 56 títulos restantes fueron a parar manos de
Nadal, Federer, Djokovic . Murray.
Uno de esos jugadores que intentaron romper la hegemonía fue
Fernando Verdasco. Concretamente, en 2009. En el Abierto de Australia logró
batir en cuarta ronda al entonces número cuatro Murray, mientras que en cuartos
de final pudo con el No. 7 Jo-Wilfried Tsonga. En la Final Four le esperaba su
compatriota y No. 1 del mundo Nadal.
¿Hubiese cambiado su carrera de haber ganado aquel partido?
Verdasco acabó cediendo por 7-6(4), 4-6, 7-6(2), 6-7(1), 6-4 en cinco horas y
10 minutos. “Bueno, si luego hubiese derrotado a Federer en la final, sí,
porque hubiese tenido un título de Grand Slam y creo que una vez que ganas un
título de Grand Slam, tu vida y tu carrera cambian”, reconoció el madrileño.
Su gran rendimiento en Melbourne le permitió asaltar el Top
10 del PIF ATP Rankings por primera vez. Pero considera que el signo de aquella
semifinal no hubiese cambiado su carrera, de no haber ganado a Federer en la
final. “Como creo que dijo Mark Philippoussis, a los finalistas de los torneos
no los recuerda nadie, sólo se acuerdan de los campeones”.
“Así que si yo hubiese derrotado a Rafa en ese partido de
semifinales y luego hubiese perdido con Roger en la final, no creo que hubiese
cambiado mucho, sinceramente”, continuó valorando Verdasco desde Doha, donde
disputó el último partido de su carrera profesional. “Pero esa es la parte más
dura de mi generación, que para ganar un Grand Slam o ganar un [ATP] Masters
[1000] tenías que derrotar a dos o tres tipos que son los mejores de la
historia”.
Y así continuó argumentando una realidad que tenía que vivir
todo aquel que no se encontraba dentro del privilegiado Big 4: “Por ejemplo, en
Australia, derroté . Murray y a Tsonga, que eran cuatro o cinco del mundo, y
luego tenía que ganar a Rafa, No. 1, y a Federer, que era el No. 2. Así que
imagina lo duro que era ganar un Grand Slam en esos años para alguien como yo o
alguien de ranking parecido a mí. O cuando hice final en Montecarlo con Rafa,
venía de ganar a Berdych y a Djokovic, pero perdí en la final con Rafa”.
Cuando Verdasco irrumpió en el Top 10 mundial, el resto de ‘mortales’ lo conformaban Nikolay Davidenko (5), Andy Roddick (6), Del Potro (7), Gilles Simon (8) y David Nalbandian (10), además de él mismo que ingresó como No. 9. También merodeaban otros nombres como James Blake (11), Gael Monfils (12), David Ferrer (13), Tsonga (14), Robin Soderling (15) o Wawrinka (16).
Todos buscaban un hueco en la gloria, que siempre impedían
los mismos. “Al final, esa fue la parte más dura de mi generación: jugabas
contra los tres mejores jugadores de la historia al mismo tiempo y normalmente
en los grandes torneos tenías que derrotarlos a todos, porque era increíble. En
2009, desde el inicio del año hasta Cincinnati, perdí en cuartos de final en
todos los Masters que jugué. En todos perdía con alguno de estos tres: Rafa,
Roger. Murray…”
Y recuerda bien Verdasco. En Indian Wells fue Federer quien
puso fin a su camino en cuartos de final, mientras que en Miami lo hizo Murray
en la misma ronda. En Montecarlo, también en cuartos, Djokovic. En Roma y
Madrid, Nadal.
“Al final, obviamente era un poco descorazonador, pero
cuando ves la carrera que han tenido estos chicos y que son los mejores de la
historia en cuanto a títulos de Grand Slam, muy lejos de Pete Sampras que era
el mejor antes de mi generación, ves que estabas perdiendo con el mejor de la
historia”, indicó antes de hacer una última reflexión. “Al final, estoy muy
orgulloso de ser parte de esta generación de jugadores extraordinarios y poder
compartir con ellos toda mi carrera durante 20 o 25 años”.
Su última puesta en escena como tenista profesional fue,
precisamente, junto a uno de esos grandes jugadores. Djokovic fue su compañero
en Doha, donde dijo adiós al ATP Tour.
“Hablaba con Novak, dándole las gracias por jugar conmigo.
Él me daba las gracias por elegirle para jugar con él mi último torneo. Siempre
hemos tenido una buena relación y hablando, recordábamos quién nos iba a decir
cuando jugamos en Cincinnati juntos por primera vez en 2006, hace 18 años, que
me retiraría en Doha 2025 con él. Creo que estas son las grandes cosas del
deporte y en la vida, al final, los recuerdos que se quedan ahí para siempre”.