Málaga, 22 de marzo de 2025
Por Jorge Mir Mayor
Los genios del deporte.
Los genios se enfrentan a dificultades personales,
profesionales y sociales debido a la presión de ser considerados
extraordinarios. Además, deben lidiar con altas expectativas, incomprensión y
aislamiento.
Hoy en día, los jugadores están muy nivelados y cada partido
se decide por las decisiones tomadas en momentos cruciales, esos que pueden
marcar la diferencia entre ganar o perder.
Muchos aficionados y periodistas, le exigen a Carlos ganar
cada torneo en el que participa y si pierde es un auténtico fracaso.
Carlos es un verdadero genio de la raqueta. Sus triunfos y
el logro histórico de convertirse en el número uno más joven en la historia del
tenis masculino son pruebas claras de su enorme talento.
Lo que he vivido observando a Carlos jugar a lo largo de los
años me ha enseñado que su tenis, con sus destellos de genialidad, ha
transformado el deporte del tal como lo conociamos.
Muchos comentan sobre si su equipo sigue siendo el adecuado,
si necesita un cambio, si debiera centrarse más en la pista y trabajar los
puntos con más paciencia, o si debiera ajustar su mentalidad en los momentos
más tensos de un partido.
Sin duda, hay expertos en tenis mucho más capacitados que
yo, pero, desde mi perspectiva, lo más importante para ayudar a Carlos es darle
el espacio necesario para transitar este proceso.
Los genios atraviesan momentos delicados y esos son
precisamente los momentos que él también tiene que superar.
Si estuviera a su lado, solo le diría: "Sigue creando,
no pares. Sigue sonriendo en cada golpe, luchando por cada bola. No dejes de
hacer esas genialidades cuando surjan en tu mente. Disfruta de tu tenis, de tus
habilidades, porque lo que haces es único y valioso. Este camino tendrá
altibajos, pero lo más importante es que sigas siendo tú, ese genio que nos
hace soñar".
En resumen, ser un genio no significa que la vida esté
exenta de desafíos. Por el contrario, esos momentos difíciles pueden ser una
parte integral de su evolución y éxito.
Saludos. Jorge Mir